sábado, 29 de noviembre de 2008

APRENDIZAJE COMO CONSTRUCCION

APRENDIZAJE COMO CONSTRUCCION


¿Se imagina usted una escuela en donde los niños sean quienes imparten las clases o una en donde el aprendizaje se construya a partir del diálogo entre los niños? A estos y otros planteamientos relacionados con la teoría constructivista de la educación se refirió el reconocido especialista Mario Carretero, durante su visita a la Universidad Nacional (UNA).



En su conferencia Constructivismo mom amour, Carretero abordó algunos de los debates de la última década en torno a la posición constructivista, algunos problemas en relación con las prácticas escolares, teorías en las que se basa el constructivismo en relación con el desarrollo social, intelectual y afectivo, que influye sobre los procesos de enseñanza y aprendizaje, y las implicaciones teóricas para una mejor conceptualización de las relaciones enseñanza y aprendizaje.La posición constructivista ha vuelto a ser tema de discusión durante la última década producto del desarrollo de reformas educativas.



Se ha debatido sobre sus ventajas, inconvenientes y se ha cuestionado si esta posición aporta métodos adecuados o no. Al respecto Carretero recordó que se la ha deformado, haciéndola ver como una posición que se basa únicamente en el proceso de aprendizaje del niño, donde el profesor no es activo y deja que el niño aprenda por su cuenta.De manera enfática recordó que el constructivismo representa una tendencia general en el estudio del conocimiento humano y en esencia propone que el conocimiento se construye.


"Las personas no vamos por la vida reproduciendo lo que vemos sino que vamos reelaborando lo que recibimos, lo que oímos y generando representaciones mentales de eso en función de lo que llevamos dentro", afirmó.

Esta máxima afecta todos los ámbitos, incluida, la educación. Y si hoy se vuelve a considerar el construcitivismo, asegura Carretero, no es solo porque ha habido reformas educativas que la han utilizado como base teórica, sino también porque en la última década se ha producido una transformación fundamental en la manera como los seres humanos interactuamos con la cultura.Bajo su óptica, esa transformación se expresa de una manera clara: "estamos llegando a un mundo en el que el conocimiento, como nunca antes en la historia de la humanidad, es la principal fuente de riqueza, la principal fuerza productiva… incomparable con cualquier otra".Desde esa perspectiva, el conocimiento ya no es una copia de la realidad, pues las circunstancias cambiaron en solo 10 años.



En la actualidad el conocimiento se transforma continuamente y esto hace que la propuesta tradicional de la escuela se torne absurda, en opinión de Carretero. El asunto central en todo esto, prosigue, no es el cambio del libro a la computadora sino la naturaleza misma del conocimiento, hoy sometido a discusión y revisión permanente. Ahí es donde vuelve a cobrar vigencia el constructivismo, pues, al decir de Carretero, por primera vez se está dando el fenómeno de que los niños sepan más que los maestros, de modo que el conocimiento y las formas como se adquiere está cambiando de manera dramática.



Desde la perspectiva del autor, la escuela debería mirar mucho más lo que se hace a su alrededor. Recuerda que esta institución no es algo natural, pues fue creada hace 150 años y nada nos dice que vaya a existir para siempre. Y si fue creada para cumplir una función social, la escuela existirá o no en la medida en que cumpla esa función.


Constructivismo, una opción para el futuroEs dentro del marco de cómo generar conocimiento en las escuelas, y en el contexto del debate entre aprender memorizando o aprender comprendiendo, que surge la propuesta constructivista.Esta propuesta, que emerge en los 70 y tiene sus antecedentes en al teoría de Jean Piaget, se oponía, por principios, a los formatos interactivos autoritarios, donde el alumno obedecía la autoridad del profesor.


A cambio, planteaba una autoridad basada en el diálogo, la cual fue rechazada de plano por el sistema.Con las transformaciones del mundo externo a la escuela que se suceden posteriormente y el papel del conocimiento en la sociedad, vuelve a cobrar vigencia el postulado de que el conocimiento se construye.En el proceso de enseñanza-aprendizaje esto se traduce muy sencillo: el alumno va a entender en función de los esquemas que él tiene (y no en lo que el profesor le dice).



Para Carretero esto es crucial "porque la escuela está llena de alumnos…que crecen y son distintos en desarrollo cognitivo". En otras palabras, el niño sólo aprende aquello que descubre.Sin embargo, Carretero, también coincide con Jerome Bruner, uno de los impulsores de la teoría del constructivismo, en que "es posible enseñar de una manera intelectualmente honesta cualquier cosa a cualquier edad".


Esta contraposición, afirma, representa una posible postura para el constructivismo del futuro, si quiere seguir siendo una propuesta fértil e interesante para la escuela.Si bien el constructivismo enfatiza que nadie puede aprender por nosotros, para Carretero también es cierto que no es lo mismo aprender con una buena ayuda pedagógica que aprender con una ayuda pedagógica no tan buena.


Constructivismo educativoCuando se habla de constructivismo, Carretero considera necesario aclarar de cuál tipo se habla: teórico-epistemológico, psicológico o educativo, pues algunos teóricos como Piaget estudiaron la forma como tenía lugar el aprendizaje en los niños de diferentes edades, pero su finalidad no era aplicarlo a mejorar la educación.El constructivismo educativo requiere que el profesor tenga en cuenta lo que el niño puede conocer y comprender por su desarrollo mental.


También es preciso tener en cuenta que la escuela es una institución que cumple funciones externas e internas. Las funciones externas son todas las relacionadas con la parte administrativa-política: acreditación, escolaridad, división por grados, otorgamiento de un diploma; funciones muy artificiales, pues al niño se le ubica con los de su edad, sin considerar su desarrollo interno y negándole la posibilidad aprender o enseñar a otros de mayor o menor edad.


Para el constructivismo educativo también es importante considerar las funciones internas de la escuela, que son las de construir y ayudar a construir personas que piensen mejor, que sepan más, que sean más generosas, más solidarias, más críticas, que tengan mejor conocimientos de sí misma. De ahí que el gran desafío sea cómo complementar esas funciones (externas e internas) dentro de la institución.


Para solucionar este problema, Carretero plantea que hay que considerar que la escuela está mediatizada por su función en el ámbito social y político que debe cumplir, lo cual el constructivismo no ha tenido suficientemente en cuenta.Desde esa perspectiva coincide con el autor ruso Lev Vigostky, otro de los grandes teóricos del constructivismo, en su propuesta de la llamada la visión sociocultural del conocimiento, la cual plantea que la construcción del conocimiento nunca es individual sino que se da siempre en un entorno social, en donde tienen lugar las interacciones sociales con el otro, dentro del grupo, pero siempre en un sentido micro. Así, el aprendizaje se realiza desde que el niño es muy pequeño.



Es a partir de la idea de que el aprendizaje es un proceso dialógico que este proceso se puede realizar de manera cooperativa, o flexible, ubicando niños con diferentes edades dentro de una comunidad de aprendizaje, o de utilizar niños de grados superiores como maestros de edades inferiores. De esta forma se está planteando una concepción alternativa a la de la escuela, basada en la idea de que el aprendizaje es una construcción de grupo, y de que todos "estamos en el mismo barco, en una comunidad de aprendizaje".

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